Habité entre las golondrinas que caminaban sobre el abismo de las aguas,
entre los árboles,
y en el viento que enjugó tu llanto escuché tu voz que se mezclaba con el fuego,
enérgica.
Encontré el color de tus ojos en la luz que atravezó el cristal
cuando até las arenas del tiempo con el fuego de nuestra sangre.
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