sábado, 28 de mayo de 2011

Salvarte

Volver a escuchar las caricias de nuestro primer beso.

Esperarte entre la niebla
confundirme en su blancuzca materia
y mirarme en tus silencios.

Contemplar el sabor de la música en el claroscuro de la luna.

Escuchar, entre las sombras,
el grito fatal y angustiante
de un recien nacido
olvidado
en el jardin de las delicias.

Sentir el clamor de tus pechos
en el anochecer
de mi juventud
cuando las luces del olvido
gritan los deseos que prometí a tu vientre.

Salvarnos ahora y para siempre
del tiempo y de la carne.

Dibujarnos sobre las olas del oceano
con nuestras circunstancias infinitas.

Tocar el gusto a hiel del engaño,
del impiadoso desamor,
para recordar el credo intimo
de nuestra existencia.

Jugar en el rio con la luna
desnudos
cuando tus ojos griten mi nombre.

Atrapar el canto de los pajaros
y que sea tuyo solamente
una mañana de septiembre.

Inventar un nuevo color para las flores
beber de tu sangre, beber de mi sangre
comer de tu carne, comer de mi carne.

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